

La ilusión del progreso en la comunicación humana.
“Las acciones que surgen en la interrelación de los humanos no mejoran, solo se adaptan.”
Una frase breve, pero incómodamente lúcida.
Vivimos convencidos de que hemos avanzado: que nuestras formas de interactuar han evolucionado gracias a la tecnología, las teorías del liderazgo, la inteligencia emocional o la gestión de equipos. Pero en el fondo, seguimos repitiendo patrones milenarios de poder, afecto, negociación, silencio y conflicto. Lo que ha cambiado no es el fondo, sino la forma.
En un entorno laboral donde promovemos soft skills, cultura organizacional y empatía, es fácil caer en la ilusión de que estamos “mejorando” nuestras interacciones. Sin embargo, muchas veces solo estamos adaptando antiguos comportamientos a nuevos códigos. Aprendemos a hablar en lenguaje inclusivo, a dar feedback “constructivo”, a gestionar reuniones con más agenda y menos emociones… pero los mismos miedos, deseos de control, estrategias de pertenencia y tensiones siguen operando, apenas maquillados.
¿Entonces no hay esperanza? Sí, pero no está en la adaptación: está en la conciencia.
Solo cuando miramos sin juicio cómo interactuamos realmente —sin filtros, sin excusas— podemos transformar algo. No para encajar en la próxima tendencia de management, sino para comunicarnos desde una humanidad más honesta.
💬 ¿Qué opinas tú? ¿Estamos realmente mejorando en cómo nos relacionamos o simplemente nos volvemos más hábiles en disimular nuestras intenciones?
Dicen que el verdadero logro en Chile no es pagar las cuentas, sino pasar agosto sin resfriarse ni quebrarse un hueso. 😂 Algunos lo celebran como si hubieran ganado la maratón de Nueva York, pero con bufanda y guatero en mano.